Guía de Tipos de Café: Un viaje personal por los tipos de café

Para Locos por la Café: Un Viaje por Sabores, Aromas y Arte

Sábado por la mañana. Mientras escribo esto, tengo a nuestro rough collie, Batuta, roncando a mis pies como si no hubiera un mañana. Mi hija Zoé, que a sus años todavía piensa que el café es un «líquido marrón de mayores que huele raro», ya me ha preguntado tres veces si podemos desayunar. Y mi mujer, que me llama cariñosamente Bigu, me mira con esa cara de «otra vez te vas a liar a escribir sobre tu obsesión». Y sí, tiene razón. Bienvenidos a mi caos, bienvenidos a este rincón cafetero.

Tipos de Cafe

Como algunos ya sabéis, soy profesor universitario. Un trabajo que me encanta pero que implica muchas, muchísimas horas de soledad. Corrigiendo trabajos que a veces parecen escritos con los pies, preparando clases, leyendo… un bucle. En todo ese tiempo, mi compañero más fiel ha sido siempre el café. Bueno, casi siempre. Tuvimos una crisis en nuestra relación. Una tarde, enfrascado en la lectura, hice un movimiento torpe y… sí, volqué la taza entera sobre mi MacBook. Muerte súbita. Carol todavía me lo recuerda: «Te lo advertí, Bigu, un día tendrías un disgusto». Y lo tuve, vaya que si lo tuve. Pero fue la única vez. El único recuerdo amargo en una vida entera de devoción cafetera.

El Café: Esa Excusa Maravillosa Para Todo

A pesar de mi faceta de ermitaño, soy un bicho social. Nuestra vida ha sido un pequeño tour: nacimos en Brasil, vivimos en São Paulo, luego nos mudamos a Portugal y siempre en España. Y en todos esos lugares, el código es el mismo. Desde los ‘botecos’ de São Paulo hasta las tascas de aquí, la frase mágica siempre es: «¿quedamos para un café?». Da igual que luego te pidas una caña o un té. El café es el punto de encuentro.

Y en el trabajo… la máquina de café es el verdadero confesionario, el mentidero, el lugar donde se cuece todo. Es una escena tan universal que parece sacada de la serie «The Office», ¿no os parece?

Bueno, menudo rollo os he soltado ya. Espero que no os estéis durmiendo. ¿Seguís ahí? Venga, que ahora viene lo bueno. Me gustaría hablaros de algunos tipos de café, pero a mi manera. ¿Os habéis parado a pensar alguna vez a qué suena un café? ¿O qué personaje de película sería? Pues yo sí. (Sí, Carol tiene razón, soy un caso perdido). Os invito a mi mundo de sinestesias locas.

Preparaos una buena taza, poned algo de música (os sugiero jazz, aquí os dejo un enlace por si os apetece) y vamos al lío.

El Origen: Arábica vs. Robusta (The Beatles vs. The Rolling Stones)

Todo empieza aquí. En la gran división. Si el café fuera la música británica de los 60, sin duda el Arábica serían The Beatles. Melódico, complejo, elegante, lleno de matices… Es el favorito de mi mujer, que tiene un paladar mucho más fino que el mío. Representa el estándar de oro del café de especialidad.

Y luego está el Robusta. Ah, el Robusta… esos son The Rolling Stonees. Pura potencia, energía cruda, un guitarrazo de Keith Richards directo al cerebro. Recuerdo un café que tomé en un ‘boteco’ en São Paulo, de esos de barra de metal y servilletas de papel mal cortado. Eso sí que era Robusta puro y duro. Te espabilaba, vamos… para todo el día. Tiene el doble de cafeína y un sabor amargo, a chocolate negro, a tierra. No busca sutilezas, busca despertarte de un tortazo. Y a veces, eso es justo lo que uno necesita un lunes a las siete de la mañana.

Un Paseo por las Variedades: Un Poco de Cine, Libros y Locuras Varias

(Vale, aquí es donde empiezo a desbarrar. Sed benévolos).

El Geisha: Cuando el Café se Pone Intenso y Trascendental

Empezamos fuerte. Para mí, el Geisha es U2 en su época de «The Joshua Tree». Es un sonido épico, atmosférico, que te transporta. Probar un buen Geisha (y preparar la cartera, claro) es una experiencia así. No sabe a «café». Sabe a jazmín, a bergamota, a fruta tropical… Es tan delicado que parece un té. Es como cuando Neo toma la píldora roja en Matrix: de repente, descubres una nueva realidad y ya no hay vuelta atrás. (Vale, me he puesto muy intenso, lo sé.  Carol se estaría partiendo de risa si me oyera).

El Bourbon: La Dulzura que Abraza

Hablar del Bourbon es hablar de dulzura. Pero una dulzura compleja, no empalagosa. Como… a ver cómo lo explico… ¿conocéis la heladería Casa Mira en Málaga? Ese sabor a tradición, a calidad, a algo que te reconforta. Pues por ahí van los tiros. A mi hija Zoé, que es una pequeña experta en dulces, le volvería loca un café con estas notas a caramelo y chocolate con leche. En música, sería Creedence Clearwater Revival. Suena a clásico, a algo familiar que siempre te hace sentir bien. Reconfortante. Esa es la palabra.

La Typica: El Sabio de la Tribu

Esta variedad es una de las más antiguas. El patriarca. Y no puedo evitar pensar en Obi-Wan Kenobi en la trilogía original de Star Wars. Elegante, equilibrado, sabio… No necesita fuegos artificiales. Es la base sobre la que se construye todo lo demás. Un café con sabor limpio, notas cítricas y dulces. Un clásico atemporal, como un buen soneto de Fernando Pessoa.

El Pacamara: ¡LIBERTAD!

Este café es un gigante. El grano es enorme. Y su sabor es igual de grande. Es complejo, a veces salvaje. Una explosión de sabores que van de lo floral a lo especiado. Es… es «Braveheart». Es William Wallace a caballo, gritando «¡Libertad!» en tu paladar. Un café épico, sin complejos. ¿Se entiende la idea, no? A veces me lío yo solo.

El SL28: Un Tortazo de Sabor (en el buen sentido)

Hay cafés que son sutiles y luego está el SL28 de Kenia. Este es un personaje de Mortadelo y Filemón. Su acidez es como un gag de Ibáñez, un golpe inesperado que te pilla desprevnido pero que te saca una sonrisa. Tiene unas notas muy características, como a grosella negra, incluso a tomate. Es vibrante, es loco, es una pasada, vamos.

Un último apunte para no aburrir: El Procesado

Rapidito, que me enrollo como las persianas. La forma en que se trata el fruto del café después de recogerlo (el procesado) cambia por completo la película.

  • Proceso Lavado: Es la pureza. El sabor del grano sin interferencias. Como la historia de Star Wars, con los buenos y los malos bien definidos. Limpio y claro.
  • Proceso Natural: Aquí se seca el grano con toda la pulpa. El resultado es una bomba de fruta y dulzor. Intenso, complejo, dramático… como El Padrino.
  • Proceso Honey: Un camino intermedio. Tiene la dulzura del natural y la limpieza del lavado. El equilibrio perfecto, como los Rolling Stones cuando se ponían a hacer baladas.

Conclusión: Tu Taza, Tu Película

El Batuta sigue aquí roncando a mis pies. Zoé ya ha conseguido su desayuno y Carol me mira negando con la cabeza, pero con una sonrisilla. Supongo que esto es lo que importa.

Si has llegado hasta aquí, de verdad, gracias por aguantar mis divagaciones. Al final, lo que quiero decir es que el café es una experiencia increíblemente personal. Es un lienzo en blanco para nuestras propias memorias y pasiones.

Y ahora, la pregunta es para ti.

Contadme vuestras locuras. ¿A qué os sabe a vosotros el café? ¿Vuestra taza os recuerda a una canción, a un personaje, a ese verano en el pueblo? Dejadme vuestras conexiones en los comentarios.  Carol se reirá de mis cosas, pero seguro que le encanta leer las vuestras.

Gracias por este rato. ¡Nos vemos en la próxima taza!

Daniel Ladeira 🙂

1 comentario en «Guía de Tipos de Café: Un viaje personal por los tipos de café»

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